Soñar no cuesta nada

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Mira, mis sentimientos no cambian. 

Si algo es cierto es que trato de ser más estricto conmigo aunque las pastillas que estoy tomando me están llenando de una ansiedad innecesaria porque, presuntamente es para que mis ondas cerebrales se equilibren, pero siento que me tienen letárgico, y me dan jaquecas de vez en cuando.

De naturaleza soy asocial, no me interesar familiarizar porque nunca ha funcionado, y ya estoy desgastado de las amistades que no funcionaron, las que se fueron, las que no apoyan, de las que no me interesa su vida y me da igual si les interesa la mía. Raras veces logro hacer amigos nuevos, de verdad lo intento, sobre todo con Aliens, pero cuesta mucho.

Por algún lado quiero seguir hablando, aunque quizás cierre ciclo como autor del Espacio Límbico. Estoy seguro que de allí hay cosas que sirven, como no sirven, pero nadie se va a atrever a decirme algo respecto a ello. Un pana que comenzó a estudiar Comunicación Social en el 2009 y entre Chávez y Maduro se la vio cada vez peor, jamás se le ocurrió buscar un espacio en radio, pero escribe en la web por su cuenta desde el ocaso de la prensa.

Quiero mejorar, para querer, proteger, cuidar, ayudar, apoyar, ser sincero y honesto.

Te aseguro que nadie se pone tan fastidioso por una mujer así por así, tu sabes, Internet y la vaina de que puedes ver a un gentío y tratar de conocer gente parecida o cercana a ti como nada ¿Para qué ser serio si de un chucky pasas al otro con un corazón azul y borralo?. Yo no lo intento, las app de citas no son buenas, sobre todo porque hay mujeres que lo convirtieron en negocio.

Quizás tengo mucho más que corregir de lo que yo espero, y estoy meditando mientras decido con cuidado a quienes dejar de lado porque son relaciones que no van a florecer y pierdo el tiempo estando yo allí de alguna manera. Jevas que conozco desde hace dos décadas y se que no las voy a ver, sácame de ver sus historias en el gimnasio y viendo conciertos donde jamás voy a estar, que ladilla.

He sido optimista con los años, pero se que por ahora y un buen rato no planeo ir a Perú, República Dominicana, o Chile por alguna mujer, cuando en realidad, llevo tres años esperando que la mujer por la que estoy plantado firme, de un principio como un sueño, pero ahora muy en serio, me diga “échale bolas llégate”. Pero el caso es que la cague, en muchas formas.

Lo absurdo también incluye la auto-censura. Así que me queda esto.