Hoy no se fía, mañana si

Mi manicomio personal Tenía muchísimo tiempo sin saber que era estar enfermo. Estuve una semana en cama, no solo con una amigdalitis terrible, sino con varios días harto del loop de la rutina, además de los antidepresivos cambiándome el humor como una montaña rusa. Luego de un rato, entre la música y ver algunas películas de Ghibli logré cambiar de frecuencia. Salir de la nube gris y del sentirme atascado no ha sido fácil. No termino de arrancar Preferí archivar todo, desligarme de lo que venía hablando hasta que pueda hacer que mi agenda real vaya a la par con mis acciones, si te acuerdas fino. Ya me aburre hablar de esperar, pero sin entrar en locuras he ido alcanzando todo, lentamente. Estoy volviendo a una normalidad que no había en mi vida desde hace muchísimo tiempo, eso me tiene contento. Claro está, no estoy satisfecho, sigo echando lápiz mientras termino de engranar donde quiero. No estoy buscando alargar los años como ludópata, más bien eso es parte del tedio . También es